viernes, 22 de julio de 2011

PERÍODO HISTÓRICO-MINERO


Durante siglos, se han desarrollado actividades que giran en torno a la vida marítima y minera, en donde niños, mujeres y hombres protagonizan día a día dinamismos que han marcado desde mucho tiempo atrás, la identidad e impronta del Paposino.
La historia de este puerto ubicado a unos 50 kilómetros al norte de Taltal (25o 00’ S y 70o 27’ O), se remonta al 4 de julio de 1679, fecha en que comienza a tener dueño la merced de mil quinientas cuadras, que realizó el Capitán General del Reino Juan Henríquez a Francisco de Cisternas Villalobos, un encomendero atrevido y audaz (persona que debe “cuidar, alimentar y evangelizar” a los aborígenes de América a cambio de un bien) castellano descendiente de conquistadores y proveniente del valle de Copiapó, es considerado el primer explorador.
”La “Hacienda del Paposo”, comprendía mil quinientas cuadras de la época de sur a norte, o sea abarcaba desde Hueso Parado (al N. de Taltal) hasta Miguel Díaz y por el Poniente al Pacífico y por el Oriente hasta las cercanías que miran a la pampa central o llanuras del Desierto”. (Agullo, 1958: 10) Esta gran extensión de tierra no generan los frutos esperados por el Maestre de Campo, los minerales no fueron descubiertos, así que decide detener la búsqueda y dedicarse a disfrutar y trabajar en su merced, en donde el clima, vegetación y ganado menor le permiten asentarse sin problemas.
Esta Estancia que abarca casi un grado geográfico. Al correr los años llega por herencia a doña Candelaria Goyenechea esposa de Miguel Gallo, adquiriéndola al último de los herederos del castellano De Cisternas. “Más tarde la arrendó, por un período bastante largo, D. José Antonio Moreno. Su viuda doña Delfina de Zuleta la adquirió definitivamente en 1889, en subasta pública siendo actualmente propietaria de dicha Estancia la sucesión del Almirante y héroe de la guerra del 79, D. Juan José Latorre” (Agullo, 1958: 10)

Las minas de Paposo, fueron trabajados por el dinámico industrial Moreno, las que hasta la fecha no han cesado sus funciones, en sus inicios explotadas por la parte superior no entregando una buena ley, por ende paralizando muchas veces por los altos fletes y dificultades de la geografía que se presentaban para poder llegar a la costa. Aún así Moreno por el año 1853 realiza sus primeros pedimentos mineros en la zona de punta de El Cobre y Paposo, instalando faenas que le dan fama y fortuna, situándolo a nivel país como un millonario de la época.
Por el año 1859, Moreno perdió su brazo derecho en Cerro Grande, en donde formaba parte del cuerpo de los Zuavos Constituyentes, marchó en dirección a La Serena a las órdenes de Pedro León Gallo para enfrentar a las líneas del Presidente Montt. Vuelve al puerto para continuar con las faenas hacia el año 1869 muere en Valparaíso, dejando un patrimonio de minas y establecimientos a su mujer Delfina Zuleta y amigo Rafael Barazarte, quienes a final de 1870 contraen matrimonio. El movimiento que empezó Moreno se ve reflejado en las exportaciones, situando a Paposo como el principal puerto donde se cargaba y enviaban minerales:
“Se sabe que se esportaron en 1875 por el puerto de
Taltal                    448,028
Paposo                                5.386,588
Chañaral             1.935,375
2.683,104 kilógramos de cobre en barra” (Domeyko, 1900: 81)

Los minerales de cobre y plata de Paposo, están repartidos por distintas partes del desierto, en las que podemos mencionar algunas que aún en el año 2011, se encuentran operativas: Abundancia, El Cobre, Reventón, Yumbes, Matancillas, entre otras. Estas entregaron y situaron a la zona de Paposo como la más importante del país. Muchos de estos minerales eran llevados a la fundición Delfina, bautizada en honor a la esposa de Moreno; actualmente se encuentra en ruinas producto de la explotación minera actual. Los minerales llegaban de la costa por intermedio de un ferrocarril interno:

“Este ferrocarril, que tiene de dos a dos y medio pié de ancho de doble vía, recorre una estension de cinco kilómetros más o ménos, arrancando el punto de partida desde el muelle de embarque, y terminando mas allá de la cima de la ceja de la montaña, en donde, por medio de un sencillo aparato, cambia los carros para continuar por una línea angosta también y que, por ahora, será de sangre, hasta el establecimiento de fundición Delfina, distante de allí cuatro kilómetros más o ménos.

El ferrocarril está dividido en tres secciones: una, desde el muelle hasta la base de la montaña y que comprende la estension de un kilómetro; la otra, de allí hasta la cima; y la tercera, desde esta parte hasta el establecimiento.

La parte de la línea entre la base y la cima de la montaña es la mas curiosa y la mas importante por su atrevida construcción, y por la facilidad como se salva la altura de cuatro mil piés en tan corta estensión. (Donoso, 1886: 48).

Al momento de instalar un ferrocarril interno, hace entender que el capital que se manejaba era importante y la industria para la época era a gran escala, Barazarte sin duda aumento la exportación, manejaba también un sistema de comercio como el utilizado en las salitreras, una especie de “Pulpería de la Costa”, por lo tanto el movimiento industrial como comercial, estaba en manos del heredo de Moreno.

En muchas de estas minas “el minero acentuó el carácter del nortino y lo definió como un tesonero y desesperado buscador de los caminos de su tierra” (Bahamonde, 1973: 8)

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